Como todos los años, vuelve a acercarse mi cumpleaños. Como ya comenté, no recuerdo uno que me haya salido bien, durante el que haya estado contenta y que perdurara en mí con una sonrisa evocativa. Pero tooodos los años sigo intentando. Pienso qué se puede hacer, llamo, organizo, para terminar cancelando por uno u otro motivo o escuchando música con uno o dos de mis amigos que se sintió en la obligación moral de acompañarme (Todavía recuerdo el del 2004, cuando todos me dejaron plantada y me dormí una siesta después del parcial desde las 15 hasta las 19, hora en que mamá llegó del trabajo).
A unos días de la terrible fecha, la angustia ya está pesando. Estoy analizando seriamente pedirme el día en el trabajo y desaparecer hasta la noche, hora en que mis amigos -ex compañeritos de escuela- se encontrarán conmigo para cenar. Quizá.
Y me hubiera gustado encontrar el maravilloso episodio "Cake Fear", de Mad About You, en que Paul se resignaba a que sus cumpleaños estuvieran embrujados.
Somos varios.
A unos días de la terrible fecha, la angustia ya está pesando. Estoy analizando seriamente pedirme el día en el trabajo y desaparecer hasta la noche, hora en que mis amigos -ex compañeritos de escuela- se encontrarán conmigo para cenar. Quizá.
Y me hubiera gustado encontrar el maravilloso episodio "Cake Fear", de Mad About You, en que Paul se resignaba a que sus cumpleaños estuvieran embrujados.
Somos varios.
2 comentarios:
Estás invítadisima al festejo en casa, lo sabés.
22hs y contando...
Por favor, un post sobre el día de la lealtad.
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