Como una Imagen

Ya sé que es un tema trillado, pero, si una y otra vez nos arrastran a estos momentos, ¿nos dejan alternativa?

Quise comprarme un jean (todo por ir vestida, eso también me enseña a no seguir las imposiciones sociales). Resignada a que un talle XS no me entraría ni siquiera en una pierna, llamé a la vendedora y le pedí un talle, digamos, normal. "Como para mí". La chica me miró. Me midió. Me observó y suspiró como si le hubiera pedido imposibles. Gritó hacia el depósito, indignada ante mis requerimientos hacia los pobres diseñadores que sólo conocen determinadas medidas de determinadas (y contadas) mujeres: "¿Hay talles grandes para este jean?". Todo el local se dio vuelta a mirar a la desubicada que no tiene noción de su propio cuerpo y pretende que le hagan talles especiales. Me lo trajeron, me lo probé, salí y se lo devolví.

Volví a casa y miré mi viejo jean gastado, pisoteado, remendado. Lo sentí único. Tal vez sea verdad que lo hayan hecho sólo para mí.