Últimamente he notado entre los blogs que leo (y los bloggers con los que interactúo) una especie de necesidad de tener comentarios. Es que estos señoritos -los comentarios- realmente están escaseando.
Si bien hay blogs (como el del caballero Conde) en los que se arman larguísimas cadenas de comentarios con unas pocas y certeras palabras posteadas (eso es eficacia!), en muchos otros, esto no sucede. Y esto es, muchas veces, inversamente proporcional al esfuerzo que el autor haya puesto en postear. Es así como, salvo raras excepciones, los brillantes análisis de Diego quedan desiertos, o las maravillas literarias de JuanCo o Amor Entintado son admiradas en silencio. Tal vez no siempre se busquen los comentarios, ya que el acto de escribir implica, más que nada, escribir para uno, es un acto, como ya lo he dicho, egoísta. El lector es algo que cae de rebote, digamos. Sin embargo, desde el momento en que los "comentarios" en el blog se activan, es porque algo se espera. Una respuesta. Y, lo entiendo, da bronca que haya comentarios en muchos blogs que, tal vez, no lo merecen (no voy a dar ejemplos. NO. No insistan.).
En mi descarga, diré que muchas veces no comento porque no me siento al nivel del post. O porque son muy buenos, o porque no manejo el tema, o porque quizá ese día ando sin tiempo. Sin embargo, esta tendencia se está expandiendo notablemente. Los posts que son largos, que implican una reflexión, no están siendo tan comentados como los sensacionalistas. Sino, pregúntenle a Don F!...
17 comentarios:
Eso. Pregúntenme.
Bueno, ante todo, buenas tardes (esto lo aprendí viendo TyC Sports). Y luego del ante todo (o sea, post-ante todo), un avergonzado agradecimiento por lo que me toca. Es usted muy amable, Srta. Ling.
Con respecto al tema en mano, a mí se me antoja que considerar a la cantidad de comentarios en un post como parámetro de algo es tan producente como (pongámosle) medir la cantidad de letras "h" que contiene o el puesto que ocupa en la lista que escupe Google al buscar la tercera palabra del segundo párrafo. En mi caso, los comentarios están ahí porque me interesa (y mucho) saber qué tiene que decir alguien a quien lo que yo escribí le genera ciertas ganas de decir algo. Y ojo, que aunque suene como algo muy abierto y pluralista, me parece que esta es quizás una actividad más egoísta y egocéntrica que el acto mismo de escribir (como bien decís). Yo mismo me avergüenzo cuando me descubro revisando nuevos comentarios, en una actitud tipo "Ay, a ver, ¿cuán profundamente afecté la sensibilidad de mis lectores con mis maravillosas palabras?". Al principio me pasaba mucho; ahora, por suerte, cada vez menos.
Me doy cuenta, haciendo un poco de revisionismo, que mis posts más comentados (sin llegar a cotas impresionantes ni mucho menos) son los que por alguna razón invitaban bastante abiertamente a la participación o trataban sobre algún tema (digamos) fácil de comentar. Por poner dos ejemplos concretos, un post en donde hablaba de posibles nombres para bandas musicales (es el que más visitantes trae mediante buscadores) y otro en el que avisé del nacimiento de mi hijo (¿qué clase de degenerado sin corazón no felicitaría a un nuevo padre?).
Como sospecharás, por como viene la mano en esta reflexión, mis posts favoritos, de los que más secretamente orgulloso estoy, tienen muy pocos comentarios o directamente ninguno. De vuelta lo mismo: cuando arranqué con el blog, me deprimía el cartelito de "0 comments"; con el tiempo aprendí a ignorarlo estoicamente.
Es que, además, pasa lo mismo con un comentario tipo "¡Buenísimo, che!" que con uno estilo "Por favor hacele un favor a la humanidad y desconectá ya tu teclado de manera permanente": no hay mucho más que agregar, no resulta pie para ningún tipo de discusión jugosa, no pasan de ser palmadas en la cabeza o puñales en la espalda.
No existe un "placerómetro" que mida el nivel de satisfacción o desagrado de un lector ante nuestras palabras y los comentarios son (me parece) un sustituto bastante limitado. Vi por ahí en algunos blogs un sistemita de votación que aparece debajo de cada post, para poder decir (por ejemplo) "tu profundo pero en demasía extenso análisis de la película Fiebre, con Isabel Sarli, merece 7 estrellitas sobre 10 posibles". Creo que jamás me atrevería a implementar algo así en Amor Entintado. Mi ego es demasiado frágil e inseguro como para resistir que lo tire tan brutalmente al ruedo.
Pero lo cierto es que allí afuera hay gente con cosas muy interesantes para decir y, con un poco de suerte, uno puede descubrirlas en algún comentario de algún blog perdido por ahí. Y si es el propio, tanto mejor (de hecho, Srta. Ling, así fue que descubrí su delicioso rincón internético). Ya por eso, digo yo, los comentarios bien valen la pena.
Lo que no vale mucho la pena, claro, es este comentario en particular, por lo largo, inútil y confuso. Mis sinceras disculpas a la dueña de casa.
Un beso grande y nos seguimos visitando.
ufa, siento que me pusiste en la estanteria de best sellers. Un asco. Lo cierto es que las visitas a una pagina, suelen tener relacion con la popularidad, o la "amistad" y anda a saber que otra cosa dificil de definir. Pero si todo el mundo lee a Dan Brown y los libros de... no se, Georges Perec no se consiguen en ningun lado, no veo por qué te extraña que a veces sucedan estas cosas.
bueno, yo entre aqui por una de esas casualidades de la vida, no me acuerdo q estaba buscando, pero vi luz y entré. me parecen muy buenos tus post, y ademas somos compañeros de facu, o sea q quizas nos cruzamos sin saberlo, y eso como q le da un toque de... bueno se me acabo el chamuyo :P. nada mas joven, muy buenas sus paginas, y caere mas seguido. salu2!
En el juego literario
no soy muy bicho, confieso,
se diría más bien que en eso
soy un auténtico otario.
En la ocurrencia genial
no soy ni un Midas ni un Creso
sino un triste proletario,
Y espero no tome a mal
que en vez de dejarle un beso
le deje este comentario.
Uno se resigna al comment vacío. Lamentablemente, llega un punto en el que uno abre el blog solo para verificar que haya al menos UN comentario hecho al post escrito con tanto empeño (Los míos no cuentan en este caso...)
Es una buena pregunta srta. Ling.
Existen bolgs deliciosos con apenas comentarios, y otros de un contenido casi nulo que comentan hasta los mancos.
Un saludo.
F!: Hágase el guapo nomás.
Genialbaron: ¡La pucha!
A.E.: De nada, ud. se lo merece.
Con respecto al tema en mano: coincidimos plenamente, la cantidad de comentarios no es medida de nada. O tal vez sí, pero no de la "calidad" del post en cuestión. Eso sí: lo del sistema de votación me parece atroz. Tanto como el nominalismo, aborrezco la evaluación.
Y el comentario valió más que el post, qué tanto...
Conde: Uy, perdón, no quise, si quiere lo saco y lo meto en la mesa de saldos...
diego: Lo espero. Si nos cruzamos y lo pisé, disculpe, ¿eh? Soy torpe nomás.
Almirante Margarito:
Yo no creo que sea fácil
Contestarle con soltura
Escribirle en verso casi
Me llevó a la locura.
Graham: Sus post son de los que más me cuesta comentar...
Submarino: Eso.
Post excentricos son los míos, vió?
Exacto Señorita Ling, hay post que no llaman a poner nada porque no hay nada que agregar, de hecho éste es uno de esos y sin embargo acá me ve dejándole un comentario. Soy así de contradictorio, o no, depende.
BLOGSFERA
Ref a tu blog.
Tema: Otros blogs
http://www.lacoctelera.com/blogsfera/post/2005/06/12/otros-blogs-001
¿Vio, Pusher? Suelo dejar a los hombres sin palabras...
Yo estoy en esa fase en la que no paro de mirar la cantidad de comments, pero na, de na, apenas he recibido tres comentarios y tengo tres blogs, en los que desarrollo mis inquietudes culturales: Literatura, Cine y reflexionar sobre diversos temas.
Realmente escribo para mí, pero una pequeña parte de mi ser disfrutaría leyendo algún que otro comentario, que le vamos a hacer...
Srta Lin.: Me extraña que siendo usted tan intelingente piense que el blog de Diego es brillante...
En mi blog pasa eso. Los posts mas boludos tienen comments y... ah... no, todos mis posts son boludos.
Supongo que uno no tiene siempre tiempo de leer blogs y reflexionar.
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