4.8.05

Entusiasmos

Descubrí que cualquier proyecto me entusiasma. Por día debo pensar, en promedio, que 5 cosas son factibles de hacerse. No sé si es exceso de optimismo o de ingenuidad. Estoy constantemente atenta a nuevos planes, los cuales se desmoronan en el mismo momento. Se desmoronan sólo para renacer con mas ímpetu al poco tiempo. Muchos me los he olvidado, y otros resurgen espontáneamente tras años de permanecer en el inconsciente. Es una mezcla de deseo y voluntad.

Y angustia. Siempre la angustia.

Pero allí están. Siempre fuertes. Siempre dispuestos a volverse realidad. Esperando solamente que los acomode, que los ordene, que deje a un lado lo demás y los ponga en primer plano.

Y también pendientes de que me suba a ellos y caiga fuertemente a la realidad.

3 comentarios:

efe dijo...

Considero que todo es cuestión de distancia entre la estatura del proyecto y su distancia de la realidad. Algunas veces coinciden las estaturas y uno no se cae. Lo que no me queda claro es quién pone la vara que mide en cada caso.
Por lo demás, no se haga problema. Sartre decía que la angustia es lo que hay. Yo de eso tengo un montón y seguido.

Eso. Nada más

Diego dijo...

La angustia es inevitable, en eso coincido con Ficcio. Lo que habría que obtener es una angustia buena. Una angustia en donde fracasar no importe casi nada, en donde se confundan los objetivos del proyecto, siendo la hipótesis de la enajenación primera un consuelo que convierte el fracaso en lucidez. Y así, poder disfrutar de la depresión. Eso es lo que quiero, poder tirarme en un sillón y estar ahí.

Ling dijo...

F!: Es lo que hay, y nada más. Eso siempre tengo mucho, más que realidad. Los proyectos, siempre son más altos. Deben serlo. Sino, no son proyectos, no son dignos de realizarse. Porque ya estarían.

Diego: ¿Disfrutar de la depresión? Yo me anoto. Sólo tirarme en un sillón. Sin pensar. Sin sufrir. Disfrutando.

Mondrigo: O si se pasa...