Gimnasio. Mediodía. Ling trata de hacer abdominales en la colchoneta, tirada en el piso, mientras dos ágiles muchachas se turnan con el press plano, y conversan...
Rubiecita: ... o sea, nada, me parece re de desubicada tener un celular de $300 y que haya gente que no tenga para comer...
Morocha con delicado tatuaje: Obvio...
Rubiecita: Igual él... es como más extremo... o sea, si mi viejo me aparece mañana con una pileta yo me voy a poner re contenta... pero tener una pileta de $30.000, o $40.000 en el fondo de tu casa, y que la gente se muera de hambre, no es justo...
Morocha: ¿Y qué vas a hacer?
Rubiecita: Nada, yo lo entiendo al pibe, él está con todas esas cosas... es otra onda... y yo igual me lo transé el sábado...
8 comentarios:
Es que las rubiecitas tienen buen corazón.
Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Menos mal que todavía queda gente de esta catadura, si no, que sería de nuestra sociedad.
Lo que nos cuenta, Srta. Ling, me toca muy acá.
menos mal que no voy al gimnacio.
Uf. ¿Cuándo van a inventar un gimnasio con aparatos que eviten el esfuerzo y una parva de asistentes que no conversen entre ellos?
jajajajaja una cosa es la lucha por la justicia social, y otra cosa es a quien uno se empoma. El pirulín conoce razones que la razón no entiende, viste?
F!: Es que usted debe ser como el muchacho que comentaba la rubiecita, realmente le preocupan esas cosas... ¿O usted piensa que solamente es una estrategia?
Pablo: Igual cada tanto andan sueltas.
Minerva: La asistente no estaba. Estas chicas se preocupan por todas esas cosas pero pagan la cuota mensual.
Conde: Mmh... no sé, ¿eh? Mire que un muchacho que se preocupa por esas cosas generalmente gana.
gana disgustos...
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