Concurrencia.
Mucha gente. Asombroso. De todas las edades: asombró ver gente mayor -muy mayor- y niños en brazos de sus padres. Porque cada tanto la gente quiere acordarse de su lugar, de su país, de su Historia. Porque es acordarse un poco de cada uno.
Madres.
Y abuelas e hijos. Todos marca registrada. Todos únicos dueños del dolor. Porque "la Plaza es de los 30.000 desaparecidos". Perdón, pero no. La Plaza es de todos.
Izquierdas.
Porque son muchas. Cada una con su feudo a reclamar. Que si Bush, que si la deuda, que si los presos. Y el socialismo libertario en contramarcha, como una metáfora de lo que de verdad son.
Alegatos sin firmar.
Nimiedades. O tal vez no. Porque expresan más de lo que parece. Porque, como siempre, ningún lado parece estar bien. Se olvida el "espíritu" de la marcha, se olvida el "espíritu" del reclamo y cada uno lucha por su kiosquito. Que si critican o no al presidente, que si reclaman o no estupideces, que si politizan o no el dolor. Unirse. Dominar / Nominar. ¿Qué más?
Centros.
Desde aquellos que cumplieron con estar e irse a los 10 minutos a aquellos otros que se fueron de vacaciones, porque total no lo vivieron.
Derechas.
Vamos a darles la razón. Por una vez. No fueron 30.000. Es cierto.
Aún hoy, somos 37 millones. Todo un país desaparecido.
Mucha gente. Asombroso. De todas las edades: asombró ver gente mayor -muy mayor- y niños en brazos de sus padres. Porque cada tanto la gente quiere acordarse de su lugar, de su país, de su Historia. Porque es acordarse un poco de cada uno.
Madres.
Y abuelas e hijos. Todos marca registrada. Todos únicos dueños del dolor. Porque "la Plaza es de los 30.000 desaparecidos". Perdón, pero no. La Plaza es de todos.
Izquierdas.
Porque son muchas. Cada una con su feudo a reclamar. Que si Bush, que si la deuda, que si los presos. Y el socialismo libertario en contramarcha, como una metáfora de lo que de verdad son.
Alegatos sin firmar.
Nimiedades. O tal vez no. Porque expresan más de lo que parece. Porque, como siempre, ningún lado parece estar bien. Se olvida el "espíritu" de la marcha, se olvida el "espíritu" del reclamo y cada uno lucha por su kiosquito. Que si critican o no al presidente, que si reclaman o no estupideces, que si politizan o no el dolor. Unirse. Dominar / Nominar. ¿Qué más?
Centros.
Desde aquellos que cumplieron con estar e irse a los 10 minutos a aquellos otros que se fueron de vacaciones, porque total no lo vivieron.
Derechas.
Vamos a darles la razón. Por una vez. No fueron 30.000. Es cierto.
Aún hoy, somos 37 millones. Todo un país desaparecido.
4 comentarios:
Me encantó este post.
Lisa y llanamente.
Sí, está muy bueno. Sobre todo la observación sobre la propiedad de la plaza. Es obvio, ¿no? Pero a veces qué difícil resulta.
Un saludo
ahi estuvimos, che.
acuerdo totalmente con eso de cada uno cuidando el kioskito. se tiene la triste sensacion de que demasiada gente no entiende de que se trata.
Yo marché (en desagravio) durante el feriado del 24 hacia un country en Pilar. Durante el viaje fui leyendo "Adiós a las armas" (un título alusivo, pero absolutamente casual). Por la noche hice otra caminata (en repudio) por los Village de Pilar. Quiero decir: compromiso, memoria y (hasta) militancia, a esta altura, estoy seguro de que pasan por otro lado. La plaza fue pura photo oportunity.
A lo que le pongo la firma es a que - apuesto lo que sea - no somos 37 millones ni desapareció ningún país.
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