7.3.06

Destitución

Votos. Alegatos. Y festejos. Un hombre se va de su puesto y no queda más que un sabor que aún no se puede definir. Porque no se puede estar libre de culpas ni de un lado ni de otro.

Si un funcionario no cumple con su responsabilidad, con la porción de responsabilidad que el pueblo le confiere, perfecto, es su obligación irse y la obligación del pueblo obligarle a hacerlo. Porque después de todo no es poner la boletita y esperar, sólo esperar, a que durante los siguientes años el tipo ese que está sentado ahí haga lo que se le canta. No.

Pero tampoco aprovecharse. Las ratas son esas: las que buscan las miguitas de poder que caen de la comisura de la boca del señor destituido. Porque se olvidan lo que realmente pasó, o tal vez ni les interesa.

Y ojalá todo esto no quede así. Ojalá nos demos cuenta que fue el pueblo y no 10 legisladores los que lo hicieron. Porque si no, no entendimos nada.

4 comentarios:

Nicolás Mavrakis dijo...

Si Aníbal se ocupa de pilotear lo que le pasó, con su 70% de imagen positiva en la ciudad y su tan alevosa como productiva martirización judicial (porque las ratas, en definitiva, lo terminan engrandeciendo), hasta es potable pensar que se atreva a postularse de nuevo. Y que gane.

La gente, en los bares, ni siquiera miraba los televisores. Nadie entendió nada, primero, porque no hay nada que entender.

¿Y los padres de Cromañón..? ¿Qué festejaban..?

Pp: No olvidemos a Muriel Balbi.

la enmascarada dijo...

sí, además Ibarra no es el único responsable. Está bien que se lo cuestione en esta responsabilidad tan compartida de Cromañon, peor hay otros responsables más cercanos que están sacando un CD nuevo y planeando su próxima presentación, y por lo menos a Ibarra lo eligió la gente.

Anónimo dijo...

yo creo que muriel balbi es una perra puta

Anónimo dijo...

Te lo aseguro, re-cornuda