
1986
Sábado, 14 de junio. […] Un individuo Jove, con cara de pájaro, que después supe que era el autor de un estudio sobre los Eddas que me mandaron hace meses, me saludó y me dijo, como excusándose: “Hoy es un día muy especial”. Cuando por segunda vez dijo esta frase le pregunté: ¿Por qué?”. “Porque falleció Borges. Esta tarde murió en Ginebra”, fueron sus exactas palabras. Seguí mi camino.
Pasé por el quiosco. Fui a otro de Callao y Quintana, sintiendo que eran mis primeros pasos en un mundo sin Borges. Que a pesar de verlo tan poco últimamente, yo no había perdido la costumbre de pensar. “Tengo que contarle esto. Esto le va a gustar. Esto le va a parecer una estupidez”. Pensé: “Nuestra vida transcurre por corredores entre biombos. Estoma cerca unos de otros, pero incomunicados. Cuando B me dijo por teléfono desde Ginebra que no iba a volver y se le quebró la voz y cortó, ¿cómo no entendí que estaba pensando en su muerte? Nunca la creemos tan cercana. La verdad es que actuamos como si fuéramos inmortales. Quizá no pueda uno vivir de otra manera. Irse a morir a una ciudad lejana quizás no sea tan inexplicable.
"Borges"
Adolfo Bioy Casares
Adolfo Bioy Casares
(citado acá)
1 comentario:
Gracias, Ling, no conocía este fragmento y me puso la piel de gallina :-)
Publicar un comentario