Mi ausencia no se nota. Soy de esa clase insufrible de personas que se embarcan en algo y rara vez se dispone a completarlo. Tal vez no tengo cosas que decir, pero, es verdad, escribo poco aquí, y poco interesante. Estuve de vacaciones.
¿Qué piensa la gente cuando abandona su ciudad para irse a vacacionar? ¿Pensarán que, al dejar atrás su geografía, también dejan atrás un poco de sí mismos? Podría ser... Somos donde vivimos, y eso es cierto. Pero no por irnos dejamos de ser. Partir, no es morir un poco.
Sin embargo allí vamos. A armar la valija: meter todo eso que en casa no usamos. Y me incluyo: armé un bolso con un montón de ropa que después no usé: me faltaron usar 2 pantalones, una camisa, varias remeras... Muchas cosas. En serio: no vamos a hacer en dos semanas lo que no hacemos en meses. Porque sea enero, además, no es necesario andar en shortcitos o comer helado: ¡¡La temperatura no llega a 20 grados!! Aflojen un poco.
Además, la gente de vacaciones tiene otra predisposición. Andan mirando todo sorprendidos: no nos engañemos, vaqueishon pipel. Fui a Miramar. Ya la conocemos. Vamos siempre al mismo lugar.
Y las edades... Niñitas de 14 con minifaldas como si tuviera 20. Señoras de 55 con minifaldas como si tuvieran 20... No, no, ¿y las que tenemos 20? Es impresionante la libertad que adoptan los nenes con sólo verse librados de los padres a dos cuadras, en una calle peatonal en que es casi ded día toda la noche. Son insufribles.
Pero una igual se divierte. Y sale a hacer cosas que disfruta: como andar a caballo. ¡Qué lindo y original paseo!
1 comentario:
Ví tu blog en bitácoras.com...que nostalgias...yo no pasaba mis veranos en Miramar, algo alejado pero en la misma costa, en Gesell...se hace raro, ahora mis navidades y fiestas diversas son con frío, cuando por allá andaba en bermudas con mis amigos...
Si querés ver algunas fotos, visitáme en http://aguasalinas.bitacoras.com/
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