Esta especie, lamentablemente, no es endémica de Socio, ni siquiera de la Facultad. Para desgracia de millones de universitarios, se encuentra en casi todas las cursadas.
Tocándose en varios puntos con otras especies (tales como los "Obligados desinteresados" o los "Materos") toman las clases a las que asisten como una tremenda y pesada carga. Tanto es así, que deciden charlar. En ocasiones despierta su conciencia corporativa y lo hacen en voz baja, lo que lleva a un constante murmullo que puede resultar mucho más molesto que una charla a viva voz.
La proporción de sexos es bastante pareja. Lo que allí suele cambiar es, como en todo lugar, el contenido de las conversaciones. Además, las chicas tienen una incontinencia de carcajadas mucho más marcada.
¿Qué reacciones ocasionan? De parte de los compañeros, una molestia generalizada. No reaccionan directamente a las "malas miradas" ni a las miradas hacia atrás (ya que generalmente se sientan detrás de uno, sea donde sea que nos sentemos). Al generalizarse el murmullo (lo que ocurre en aquellas materias en que el contenido - o el profesor - es bastante denso) suele suscitarse un chistido, el cual es acatado por unos minutos para, tímidamente, volver a posicionarse en primera plana. En cuanto a los profesores, éstos no siempre reaccionan de la misma manera (como el estudiante represivo y academicista que presta atención quisiera): no siempre se les planta enfrente y los hace pasar un mal rato, y pocas veces los hace callar. En ocasiones hace algún comentario al pasar, el cual resbala en la piel de los murmuradores. Las veces en que el dominio academicista se hace notar en su más básica representación, el murmurador se siente ostensiblemente ofendido y tilda al profesor de "Botón".
En conclusión, los murmuradores forman parte de una especie encerrada en sí misma, que no duda en molestar a la gran mayoría de la clase sólo para compartir algún chisme o paliar su aburrimiento (el cual sería fácilmente superado con abrir la puerta y salir del salón).
Tocándose en varios puntos con otras especies (tales como los "Obligados desinteresados" o los "Materos") toman las clases a las que asisten como una tremenda y pesada carga. Tanto es así, que deciden charlar. En ocasiones despierta su conciencia corporativa y lo hacen en voz baja, lo que lleva a un constante murmullo que puede resultar mucho más molesto que una charla a viva voz.
La proporción de sexos es bastante pareja. Lo que allí suele cambiar es, como en todo lugar, el contenido de las conversaciones. Además, las chicas tienen una incontinencia de carcajadas mucho más marcada.
¿Qué reacciones ocasionan? De parte de los compañeros, una molestia generalizada. No reaccionan directamente a las "malas miradas" ni a las miradas hacia atrás (ya que generalmente se sientan detrás de uno, sea donde sea que nos sentemos). Al generalizarse el murmullo (lo que ocurre en aquellas materias en que el contenido - o el profesor - es bastante denso) suele suscitarse un chistido, el cual es acatado por unos minutos para, tímidamente, volver a posicionarse en primera plana. En cuanto a los profesores, éstos no siempre reaccionan de la misma manera (como el estudiante represivo y academicista que presta atención quisiera): no siempre se les planta enfrente y los hace pasar un mal rato, y pocas veces los hace callar. En ocasiones hace algún comentario al pasar, el cual resbala en la piel de los murmuradores. Las veces en que el dominio academicista se hace notar en su más básica representación, el murmurador se siente ostensiblemente ofendido y tilda al profesor de "Botón".
En conclusión, los murmuradores forman parte de una especie encerrada en sí misma, que no duda en molestar a la gran mayoría de la clase sólo para compartir algún chisme o paliar su aburrimiento (el cual sería fácilmente superado con abrir la puerta y salir del salón).
14 comentarios:
Che, ¿por qué la gente no opina sobre los murmuradores? ¿Acaso cayó mal la recriminación?
Como bien dijo Ling, esta fauna subsiste en diversos hábitats académicos.
Por cierto, Diego: Opinan.
Lo que pasa es que lo hacen por lo bajo.
Los murmuradores son terribles. Un ingrediente particularmente irritante es cuando, en una clase atestada, te preguntan si te podés cambiar de lugar para que ellos puedan sentarse junto a sus camaradas de murmuración y no perder la línea.
Y creo que hay otra variedad de murmurador (en tanto se expresa en voz media o baja) a la que no sé cómo denominar... puede que sean los Asentidores. Los Asentidores consideran que seguir una clase es decir "sí, sí", "claaaro", "eso", "ajá", etc. ante cualquier cosa que diga el profesor, pero nunca, nunca se van a hacer oír en voz alta, levantar la mano, hacer una pregunta. Cuando se sientan al lado mío me dan ganas de clavarles una birome en la yugular.
Diego: si somos justos, usted tampoco comentó...
Ficcionalista: ¿Tendrán vergüenza?
Violeta: Gracias por el aporte: me hizo acordar a las veces que sufrí el pedido. La última vez, sabiendo que debían sentarse en filita, amablemente me corrí un lugar... y se acercó una para pedirme, con su tonito cordobés, si no me podía correr dos lugares más "porque somos cuatro, ¿viste?". Como si fuera obligación mía saberlo... En cuanto a los Asentidores, ¡Realmente es así! Aunque, mea culpa... ante la mirada inquisidora (y creo que a veces esperanzada) de algún profesor, he asentido. Sólo por no saber qué hacer...
Me olvidé... Violeta, me gustó el tonito violento... ¡ud. es de las mías!
yo nunca asistí a la facultad, siempre hice terciarios donde mayormente habia que desembolsar una suma de dinero por mes, de la que no tiene sentido desperdiciar murmolestando!
deben ser realmente insufribles...
Srta. Ling gracias por su comentario! =D
Veo que realiza estudios antopológicos muy profundos en la selva :-)
Pero que sepa que dicha fauna no conoce fronteras atlánticas: ¡están por todos lados! Coincido con Violeta en el castigo en la yugular.
Srta. Ling: en voz baja o alta, con o sin movimiento de cabeza, por terror o por genuina aprobación (o simplemente porque entendimos alguna cosita pequeña, pero entendimos) todos hemos asentido alguna vez en clase. El problema surge cuando ése es el principal modo de relación con lo que está diciendo el profeseur. Incluso en la vida extraacadémica, la gente que asiente todo el tiempo da la impresión de que no escucha, porque parece estar más ocupada en sincronizar sus asentimientos con lo que dice el otro que en efectivamente escuchar.
El tonito violento aflora en los momentos menos pensados, aunque en el caso de la fauna académica era bastante previsible que me violentara. Estoy contenta de haber encontrado un blog "represivo y academicista" donde comprendan esa violencilla.
Bio: Son realmente insufribles. Igual, asistir a cualquier universidad o curso, o lo que sea, implica un sacrificio (no, no me puse seria: es así). Mejor quedarse tomando mate en casa.
Chiquilín: Y seguro que, encima, hablan con tonito... qué desconsiderados.
Violeta: su comentario ha hecho mella en mi subjetividad. Hoy, en clase, asentí tres veces. Y las tres, sonreí culposa.
yo creo que hay, al menos cuatro o cinco estereotipos que se repiten en todos los cursos de cualquier facultad o instituto. LO cual habla mal de nuestro uso del libre albedrio que tenemos para elegir nuestra personalidad
Y los que murmuran en el cine también merecerían un castigo de película de terror.
Pero en el cine, si fuimos acompañados, creo que todos caemos en esa tentación...
Lo que me llama la atencion de esta chica que me parece tan inteligente es;... ¿porque eligio sociologia?
Lo que me llama la atencion de esta chica que me parece tan inteligente es;... ¿porque eligio sociologia?
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