Firmar la libreta a las 8:30 am es una barbaridad. Más con 2°C de sensación térmica.
Me levanté. Fui al baño. Me vestí. Desayuné. Me puse a hojear un libro. Miré el reloj. Prendí la tele. Miré el reloj. Seguí con el libro. Mamá me preguntó si ya me iba. Sí, sí, ahora voy...
A los 10 minutos estaba de vuelta en la cama con el jean puesto. Casi como cuando me vestía para el colegio y tras sortear toda la culpa, seguía durmiendo con el ridículo uniforme cuadriculado hasta las 10...
3 comentarios:
La culpa nunca es buena, mata el alma y envenena.
Bien hecho.
Hizo bien.
Señorita, peor es rendir un examen a esa hora!
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