Por suerte empezaron las vacaciones.
No puedo resistirme a él. Me llama cada vez que paso por allí, sé que me mira, sé que disfruta cuando lo miro, disimuladamente. Lo hace con varias, lo sé. No me cabe dudas. Es coqueto. Le gusta que lo miren.
Y que lo deseen. Porque en secreto lo deseo. Me desarmo ante él.
No puedo resistirme a él. Me llama cada vez que paso por allí, sé que me mira, sé que disfruta cuando lo miro, disimuladamente. Lo hace con varias, lo sé. No me cabe dudas. Es coqueto. Le gusta que lo miren.
Y que lo deseen. Porque en secreto lo deseo. Me desarmo ante él.
Y está todos los días. Siempre ahí, en el mismo piso. Hay veces que subo por ascensor para no verlo. O por la escalera interna. Sé que me espera si voy por la principal.
Pero por suerte empezaron las vacaciones. Porque cada vez me resisto menos. Porque ya caí varias veces, me dejé llevar por el deseo y pequé.
La otra vez fue un viernes. Lo recuerdo. Pasé y pregunté: "¿Qué tenés para mí?" Así. Directamente. Con una mano en el bolsillo de la campera, el café en la otra.
Y el muchacho lo acarició, buscó entre sus pliegues, y sacó un ejemplar precioso. Una edición hermosa. Que dejó a $20. Realismo alemán o algo así. Lo perdí entre las bolsas a los dos días.
Pero por suerte empezaron las vacaciones. Porque cada vez me resisto menos. Porque ya caí varias veces, me dejé llevar por el deseo y pequé.
La otra vez fue un viernes. Lo recuerdo. Pasé y pregunté: "¿Qué tenés para mí?" Así. Directamente. Con una mano en el bolsillo de la campera, el café en la otra.
Y el muchacho lo acarició, buscó entre sus pliegues, y sacó un ejemplar precioso. Una edición hermosa. Que dejó a $20. Realismo alemán o algo así. Lo perdí entre las bolsas a los dos días.
La última vez fue Saer. Estaba ahí La Mayor. Leí la primer página y entendí mucho de la literatura joven actual. Claro que Cuentos Completos estaba sólo a $12 más. Volví a estirar la mano, y me lo llevé.
Di un último vistazo hasta el 13 de agosto. El espacio dejado por el libro que tenía contra mi pecho era demasiado incitante. Ese kiosquito de libros me va a fundir.
Por suerte empezaron las vacaciones.
6 comentarios:
Hasta el 3er párrafo pensé que hablabas de la jaula del mono en el zoo de palermo.
Corrijo: llamas o guanacos.
¿Dónde? ¿Dónde está?
Cómo se mezclan el deseo, la cultura, el sexo, el dinero, los Hombres, las niñas. Y algunas cosas más seguro que también.
Morena: Marcelo T. de Alvear 2230, 3°piso. Vaya nomás.
Se agradece el dato, Miss Ling.
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