Desde hace un tiempo ando leyendo un renovado interés por la década pasada, casi ante-pasada. Se dedican los blogs, se dedica nuestra (por mí) vapuleada joven literatura, se dedican los pseudo analistas sociológicos-literarios, se dedican los filósofos y los (por mí) respetados economistas. Estos últimos, como siempre, fueron los que más producción ofrecieron: diversa, discutible, aceptable, pero hay libros y papers y tesis para tirar para arriba.
(Digresión, y quizás único aporte de este post: ¿es posible pensar un enroque, continuidad, evolución, entre aquellos niños bien que tiraban manteca al techo en los salones parisinos y los cientistas sociales actuales que tiran papers en los techos de las universidades europeas?)
No sé si queda mucho por decir sobre la década. Creo que lo que falta es el blanqueo de posiciones. La teorización está dada, pero falta la honestidad intelectual, falta decir: yo estoy parado acá. Alejarse de las simpatías, alejarse de los odios, o ponerlos en claro.
No se trata de un análisis psicológico, sino de un autoanálisis sociológico, como grupo social con pretensiones de intelectualidad, sea desde la literatura, la sociología, la filosofía. La economía, siempre, termina resultando mucho más clara.
1 comentario:
Concuerdo en que tomar posición es lo que falta; en lo que no estoy de acuerdo es en la sugerencia sobre la finitud del repensar un objeto, desde (para mi) acomodaticio revisionismo hasta la (para mi) imposible síntesis dialéctica que termino siempre leyendo en uno de esos papers que usted dice y que no atino a construir. Eso. Detesto mis limitaciones, y tal vez es culpa de los 90.
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